Si algo hemos aprendido de la pandemia es que el rol de las empresas ha cambiado sustancialmente, dejando patente que aquellas organizaciones que no den respuesta a las necesidades humanas, al bienestar de las personas y a su pleno desarrollo, no tendrán futuro.
Así de claro. En los tiempos más duros del Covid las empresas que dieron un paso al frente para servir al entorno, han sobresalido y afianzado su credibilidad y sostenibilidad. Esta circunstancia debería hacernos reflexionar sobre el «propósito corporativo» como empresas, ¿estamos trasladando bien nuestro papel en el desarrollo sostenible? La respuesta a esta pregunta exige mención a un elemento que ha adquirido incuestionable protagonismo: las estrategias de Diversidad, equidad e inclusión (De&I), como condición sine qua non para construir de manera sólida un propósito corporativo inclusivo y sostenible.
No en vano, para entender este nuevo rol de las empresas hay que hacerlo en clave de conexión con las personas y con las necesidades de la sociedad. Hay una frase maravillosa de Maya Angelou, escritora, poeta, cantante y activista por los derechos civiles estadounidense: «las personas olvidarán lo que dijiste, olvidarán lo que hiciste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir». Por tanto, lograr que las personas tengan experiencias positivas cuando se relacionan con las marcas ha de ser prioridad número uno para toda compañía con proyección a largo plazo. La empresa y la persona no son dos realidades contrapuestas, sino dos actores que coexisten y se relacionan de forma continua y bidireccional. Así, la empresa ha de realizar una escucha activa y hacerlo de manera sincera y creíble, cimentando las relaciones con la sociedad sobre la base de los valores humanos fundamentales. En otras palabras, las organizaciones deben conocer las necesidades, retos, miedos y preocupaciones de las personas. Solo así conseguirán generar sentimientos, experiencias y relaciones empresariales sostenibles, duraderas y satisfactorias.
Otro elemento que marca el rumbo de las empresas en esta nueva era es la reputación: sin ella, ninguna compañía puede sobrevivir. En un entorno hiperconectado y globalizado, es muy fácil que una mala decisión, a veces tan insignificante como una simple palabra, un gesto, una conducta o un tuit tenga un impacto nefasto sobre la reputación de la marca personal de un directivo, de una empresa y, por lo tanto, de un negocio. Quienes lideramos las empresas, debemos ser especialmente ejemplares, formándonos y siendo sensibles a diferentes realidades sociales, siendo conscientes de nuestras creencias limitantes y abriendo nuestra mente a la diversidad. Debemos, por tanto, fomentar la creación de mecanismos para protegernos y para proteger nuestras empresas y, así, reducir el riesgo reputacional.
La colaboración es sin duda otra línea fuerza en esta era de alianzas. Nuestros modelos de negocio y nuestros entornos laborales están cada vez más basados en metodologías agile, siendo más colaborativos y horizontales. Estas fórmulas se basan en equipos formados por personas heterogéneas que se complementan para crear equipos de alto rendimiento, un reto que requiere el desarrollo de la habilidad de incluir o, como dicen en inglés, el «inclusiveness», por parte de los líderes. Tenemos que ser capaces de dar respuestas inclusivas para estar más cerca de nuestros grupos de interés, mejorar nuestro NPS y generar mayor orgullo de pertenencia.
Por último, los criterios ESG, es decir, medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, son cada vez más valorados en las estrategias de los principales inversores. La diversidad, equidad e inclusión ha pasado a convertirse en una variable estratégica y de primer nivel que debemos impulsar desde la dirección general para asegurar nuestra sostenibilidad, competitividad y rentabilidad.
Sobre todo ello estamos reflexionando en la Alianza #CEOPorLaDiversidad, que promovimos hace algo más de dos años desde la Fundación Adecco y la Fundación CEOE, con el objetivo de acelerar el desarrollo de estrategias que contribuyan a la excelencia empresarial, a la competitividad del talento y a la reducción de la desigualdad y la exclusión en España. Hoy ya son los 75 CEO adheridos, en representación de 75 importantes empresas comprometidas con esta gran misión.
Tomado de:
Expansión. Las nuevas reglas de sostenibilidad en la era post-Covid. Recuperado de: www.expansion.com