Dentro del amplio espectro de disciplinas y estrategias del mundo del marketing y la comunicación, donde la atención es un bien escaso y la competencia es feroz, ha surgido una nueva forma de conectar con el público: el Storydoing. Este término comenzó a ser utilizado para describir un enfoque más holístico del storytelling, que va más allá de contar historias y se centra en crear experiencias y generar un impacto. Este concepto, aunque relativamente nuevo, ha demostrado ser una herramienta poderosa para las marcas que buscan destacar en un entorno saturado de información y mensajes publicitarios.
El Storydoing no es una moda pasajera, sino una evolución natural del storytelling. El Storydoing va más allá del tradicional storytelling. Se trata de vivir esas historias y de incorporarlas en la cultura de la marca. No es simplemente hablar, sino actuar, crear experiencias memorables que no solo atraen la atención, sino que involucra a los propios clientes y consumidores.
A pesar de que los datos y cifras específicas sobre el impacto del Storydoing son aún limitados, algunas investigaciones han revelado su relevancia teniendo en cuenta que el 65% de los consumidores aseguran que son más propensos a comprar productos de marcas que logran generar una conexión emocional. Un ejemplo destacado es el caso de las marcas de Unilever, que implementaron el Storydoing en sus campañas, obteniendo un crecimiento del 15% en la fidelidad de sus clientes.
Las empresas están utilizando estas estrategias para crear vivencias más personalizadas y emocionales, enfocándose en la personalización de contenido y experiencias para cada cliente individual. Esta aproximación va más allá de la mera transmisión de mensajes; se trata de involucrar activamente al consumidor en la construcción de la historia de la marca.
Coca-Cola, es otro ejemplo de marca destacada por su habilidad en el arte de contar historias emocionales, que también ha recurrido al storydoing. En la campaña «Comparte una Coca-Cola» lanzada en 2011, Coca-Cola trascendió la mera publicidad del producto. En lugar de limitarse a destacar las cualidades de la bebida, la marca decidió personalizar las latas con nombres. Esta estrategia no solo transformó el envase en un elemento más personal, sino que también incentivó a las personas a compartir una Coca-Cola con amigos y familiares. El simple acto de tener nombres en las latas generó experiencias significativas y promovió interacciones en las redes sociales, convirtiendo el consumo de la bebida en un momento compartido y socialmente conectado. En sus campañas, Coca-Cola enfatiza en sus historias asociando sus lemas y eslóganes a aspectos emocionales positivos y genera experiencias entre sus consumidores para como parte de la cultura de la marca.
Otras marcas como Lego, han adoptado una estrategia innovadora para transformar a sus fanáticos en co-creadores como claro ejemplo de storydoing. En lugar de limitarse a ofrecer productos prefabricados, Lego ha dado un paso más allá, invitando a sus usuarios a contribuir con ideas para la creación de nuevos sets. El proceso se inicia con la apertura de un canal de comunicación en línea que permite a los entusiastas de Lego compartir sus propias sugerencias y conceptos para posibles sets. A través de la votación online, la comunidad tiene la oportunidad de expresar sus preferencias, respaldando las ideas que consideran más atractivas y emocionantes. De esta forma, la creatividad de los fans no solo es reconocida, sino que también se convierte en parte integral de la oferta de productos de Lego.
El Storydoing no es simplemente una estrategia aislada; es una mentalidad, una forma de pensar y actuar que impregna toda la estructura de la empresa.
La autenticidad y la coherencia entre las acciones y los valores de la marca son elementos esenciales para que esta estrategia sea efectiva. No es solo contar historias, es vivirlas y permitir que el público forme parte de ellas.
Los beneficios del Storydoing son notables. La conexión emocional que genera va más allá de las simples historias, estableciendo un vínculo más fuerte con el público. El engagement se eleva, ya que las personas se sienten no solo como espectadores, sino como participantes activos en la narrativa de la marca.
Adoptar la filosofía del storydoing implica implementar iniciativas que evidencien que la marca no solo habla, sino que también actúa conforme a sus principios. Estas marcas no solo proponen ideas, sino que tienen contribuciones tangibles para la sociedad y se comprometen activamente en materializar esas proposiciones en la realidad. Se trata de marcas que van más allá de la retórica, demostrando con acciones concretas su compromiso con sus valores y su aporte significativo a la sociedad.
Evidentemente, para implementar una estrategia de Storydoing de manera efectiva, es fundamental definir el propósito de la marca. ¿Qué se quiere representar? ¿Cuáles son las historias que se desean contar? Conocer a la audiencia es igualmente crucial. ¿Qué les interesa? ¿Qué experiencias desean vivir? A partir de aquí, se deben diseñar experiencias memorables, acciones únicas y relevantes que inviten a la participación activa del público.
Tomado de:
PuroMarketing. Storydoing en la Cultura de Marca. Recuperado de: www.puromarketing.com