«Ayudemos a todos los que podamos, papi». Justina, de 12 años, esperaba por un trasplante de corazón y su papá, le decía en agosto del año pasado: «Mirá Justina, éstas son las ideas que tenemos, queremos hablarle a la gente sobre lo importante que es donar órganos, ¿cuál te gusta más? Le estaba explicando, ella me interrumpió en seco y me dijo ‘Papi, ayudemos a todos los que podamos'».
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Justina Lo Cane
Así nació la campaña Multiplicate x 7 porque una persona tiene siete órganos principales que puede donar –corazón, pulmones, hígado, páncreas, riñones, médula ósea e intestinos– y así darle vida a otras siete personas.
Justina –que sufría de una cardiopatía congénita– falleció en noviembre del año pasado en la Fundación Favaloro y sus padres no se quedaron de brazos cruzados.
Así como durante la desesperada espera por el corazón crearon la campaña Multiplicate x 7 para generar conciencia sobre la donación de órganos, luego de su muerte decidieron modernizar la ley de trasplantes. Su lucha se hizo realidad la semana pasada al promulgarse la Ley de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, la «Ley Justina».
En que consiste? La nueva ley establece que todos los ciudadanos mayores de edad serán donantes a menos que manifiesten su voluntad de no serlo.
Por unanimidad, la Cámara de Diputados le dio sanción definitiva al proyecto de «ley Justina», que dispone que todas las personas mayores de 18 años sean donantes de órganos o tejidos, salvo que en vida dejen constancia expresa de lo contrario.
Ese cambio en la ley es determinante porque implica que los familiares de alguien fallecido ya no serán los encargados de autorizar la donación. «Podrá realizarse la ablación de órganos y/o tejidos a toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se realice la extracción de los mismos».
La iniciativa, que fue trabajada en conjunto con el INCUCAI, también impondrá la obligación a los profesionales médicos de notificar al INCUCAI los tratamientos de diálisis que le realicen a un paciente, o cuando le indiquen la realización de un trasplante. También establece que para asegurar la calidad de todo lo relativo a donación y trasplante, se deberá destinar como mínimo un 20% de los recursos del Fondo Solidario de Trasplantes a capacitación.
La ley, marca los derechos de los donantes y receptores a la intimidad, la integridad, la confidencialidad, la información y el trato igualitario. También establece la prioridad de traslado en forma aérea o terrestre de los pacientes que están en el medio de un operativo de donación.
Por otra parte, en el caso de los menores se posibilita la obtención de la autorización para la ablación por los dos padres o por aquel que se encuentre presente en el momento. Además, se van a simplificar los procesos que requieren la intervención de la Justicia.
En lo que respecta a los certificados de fallecimiento, se simplificarán los procesos para diagnosticar la muerte de la persona. Los médicos deberán seguir el protocolo establecido por el Ministerio de Salud de la Nación que tiene el asesoramiento del INCUCAI. Se establecerá como hora del fallecimiento el instante en que se completó el diagnóstico de la muerte.
La ley propone que tanto los hospitales públicos y privados deben contar con servicios destinados a la donación de órganos y al tratamiento del paciente. Se creerá el Servicio de Procuración que deberá contar con al menos un médico que detecte potenciales donantes, asesore a las familias y garantice el proceso de donación. También se establece la capacitación para los profesionales que formen parte del proceso de donación y trasplante.
Uno de los capítulos del proyecto es dedicado a los medios de comunicación y establece pautas vinculadas al abordaje responsable de los temas vinculados a la donación y el trasplante de órganos.
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Padres de Justina
El padre de Justina, expresó: «Tengo la inspiración de una hija que no está y no estoy solo. Aprendí que en equipo lográs más cosas».
«Desde que Justina estaba internada me puse a investigar y a ver qué campañas se habían hecho en otros países, como en España. Y cuando el 22 de noviembre Justina pasó a otro mundo mi duelo fue seguir. Así como verifiqué lo prolijo del método de designación de trasplantes del INCUCAI, me reuní con familias de personas que estaban en lista de espera, con organizaciones y formé un equipo. Decidimos modificar la ley vigente».
«Todo fue en equipo, siempre con las puertas abiertas a nuevas opiniones (porque no todos pensamos lo mismo), cada uno con su experiencia». Así fue como «el 11 de abril, el senador Marino presentó el proyecto en el Senado y 68 senadores votaron en forma unánime, ¡fue histórico!«, remarca el papá de Justina. Como nunca antes, unanimidad.
Esta nueva ley facilitará la recuperación y hará que haya más órganos para 11 mil pacientes que en la actualidad están en lista de espera del INCUCAI en la República Argentina dando paso a salvar vidas de jóvenes como Justina y personas de todas las edades que pelean diariamente por sus vidas y podrán encontrar mayor disponibilidad de órganos en forma más rápida y sencilla que en la actualidad.
Paula Ikeda
Aporte de: Jardín del Pilar S.A.