En el día a día de los hospitales y cementerios es más común ver visitantes mujeres que hombres. En la literatura sobre duelo, gran parte de los autores best-sellers son del sexo femenino. ¿Por qué es así?
Es verdad que los asuntos sobre morir parecen más fáciles para las mujeres. En el proyecto “¿Y si hablamos de duelo?”, de cada diez personas que acceden al sitio, ocho son del sexo femenino. Con mi trabajo en el cementerio puedo decir que en el día a día, hay más mujeres inclinadas sobre las sepulturas, que hombres. Y la literatura de duelo, género de enorme éxito en las librerías, también comprueba la tesis de que ellas parecen tener más facilidad para hablar sobre el asunto que ellos.
Joan Didion (“El año del pensamiento mágico”), Isabel Allende (“Paula”) y Cheryl Strayed (“Libre, la jornada de una mujer en busca del recomienzo”) son solo tres ejemplos de autoras que encontraron en la literatura una manera de encarar la muerte y el propio proceso de pérdida. Claro que también hay libros sobre el asunto publicados por hombres, pero considerando los best-sellers del género, la participación femenina es infinitamente mayor.
He dedicado mucha reflexión a esta cuestión. ¿Estaremos nosotras, las mujeres, más preparadas para lidiar con la muerte, por vivir el proceso de dar vida, o sea, la gestación y el nacimiento? Argumentos como estos hacen temblar a las feministas, pues alimentan la idea de que la naturaleza explicaría (y justificaría) los comportamientos y creencias que ellas consideran construidos socialmente. No tengo la ambición de responder aquí esa pregunta tan compleja. Al contrario: me encantaría oír lo que tienen para decir quienes nos leen. ¿Por qué hay más mujeres que hombres en los hospitales y en los cementerios? ¿Por qué ellas hablan, escriben y leen más sobre duelo? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Le cedo la palabra a usted, lectora o lector. Y soy toda oídos.
Gisela Adissi
CEO del Grupo Primaveras en Brasil, Presidente de SINCEP y ACEMPBRA (Sindicato y Asociación de los Cementerios y Crematorios Particulares de Brasil) y una de las fundadoras del proyecto “¿Y si hablamos de duelo?”.
Lindo artículo Gisela; profundo, con respuestas inciertas.
Mi criterio: la mujer es mucho más sensible por naturaleza. El «simple» (que es bien complejo) hecho de gestar una criatura en su ser, la hace diferente; la convierte en ese maravillosos ser humano capaz de dar vida.
Es esencia humana. El cavernícola hombre cazaba y traía el sustento, la madre cuidaba, protegía y amaba sus críos.
El tema da para mucho más, lo importante es que intentemos nosotros, los hombres, ser lo más semejante a ustedes y el mundo sería mucho mejor, en todo sentido…sin duda.